El mundo de hoy encuentra a los niños con una educación basada sólo en la acumulación de información y en un forzado y competitivo desarrollo intelectual, lo cual aleja el interés que el alma del niño naturalmente tiene por lo que lo rodea, por el verdadero aprendizaje, que dejará bases sólidas para el futuro.
En la escuela primaria, la currícula de la Pedagogía Waldorf, contempla no sólo la adquisición de los conocimientos, sino la integración de estos contenidos en un lenguaje que le permita incorporarlos con naturalidad a su vida. Le son presentados a través del sano desarrollo de la imaginación, los cuentos tradicionales, las fábulas, los mitos y las leyendas, los que, formando parte de verdades universales, allanan el camino de un aprendizaje que el niño atesorará para toda su vida. El mundo de los números, las formas geométricas, así como las letras que conforman la lengua,van llegando “artísticamente” al aula, siempre impregnadas por el calor que el interés del maestro sostiene en el devenir educativo del niño.
El arte, los idiomas y la música, así como las actividades prácticas, físicas y la huerta están integrados al aprendizaje de la época desarrollada durante la clase principal, la cual diariamente se inicia con la denominada “rítmica”: ejercicios corporales apropiados de coordinación, equilibrio y ritmo, en un marco de intercambio social con los propios compañeros.